Desde su primera edición en 1897, el Maratón de Boston es mucho más que una carrera. Es una institución. Celebrado cada año el tercer lunes de abril, el famoso Marathon Monday (día festivo en Massachusetts 🇺🇸), simboliza a la vez la historia del running estadounidense y la élite del maratón mundial.
El evento ha sabido atravesar las épocas, forjarse un alma única y reunir una comunidad poderosa en torno a sus valores 💪. Tras los trágicos atentados de 2013, el lema Boston Strong nació, encarnando la resiliencia de los corredores y habitantes 🏃♂️. Correr Boston, es entrar en una leyenda 🏅, compartir una emoción colectiva única y recorrer un trayecto exigente con las tan temidas Newton Hills (las “cuestas de Newton”) donde se han destacado los más grandes: Chebet, Lemma, Korir, Kipruto, y Obiri o Desiree Linden en el lado femenino, ícono del maratón estadounidense 🇺🇸. Incluso el GOAT del maratón, Eliud Kipchoge, vino a probar suerte en este mítico recorrido en 2023.
Pero Boston es, sobre todo, el grial de los corredores amateurs 🏆. Mientras la mayoría de los maratones aceptan a cualquier persona dispuesta a recorrer 42,195 km, Boston impone criterios estrictos de clasificación y el número de plazas está limitado a 30,000 🎟️. Resultado: cada dorsal se merece 🎽. Y para esperar participar algún día, todo empieza mucho antes... en una qualifying race (carrera clasificatoria) ⏱️.
El Maratón de Boston es organizado por la Boston Athletic Association (BAA) 🏛️, una institución que cuida meticulosamente la selección de sus participantes 🔍. Para inscribirse, no basta con pagar el dorsal 💸. Primero, se debe obtener un tiempo clasificatorio oficial en otra carrera reconocida por la BAA. Estos tiempos dependen de la edad y el sexo del corredor, y se revisan regularmente 📊.
Pongamos un ejemplo: un hombre de 30 años debe haber corrido un maratón en 2h55 o menos para ser elegible. Una mujer de la misma edad deberá haber realizado un cronómetro de 3h25 o menos 🏃♀️. Pero atención: cumplir con los criterios no garantiza automáticamente un lugar 🎫. Durante el período de inscripción, si el número de candidatos supera la capacidad de acogida, la BAA selecciona a los más rápidos dentro de cada categoría 🏁. Es ahí donde tener un “buffer” (margen en su tiempo de calificación) se vuelve crucial ✅.
Participar en una “BQ race” (una carrera clasificatoria para Boston) es un paso estratégico 🧠. No todas las carreras son iguales en términos de rendimiento y reconocimiento 🏁. Para ser elegible, un maratón debe cumplir con varios criterios definidos por la BAA :
Así, para conseguir su billete para Boston, la elección de la carrera clasificatoria se convierte en una verdadera decisión estratégica para los corredores. Se debe apuntar a un recorrido rápido, bien organizado, a menudo plano o ligeramente descendente, pero no demasiado, para mantenerse dentro de las reglas. Y por supuesto, un clima favorable en el momento adecuado del año 🌡️.
En Estados Unidos, algunos maratones son conocidos por ser verdaderas “máquinas para BQ”. Con grandes lemas publicitarios “BQ Qualifier”, los organizadores no dudan en destacar su principal activo. Se llega de todo el país y, a veces, de otros lugares 🌎, con la esperanza de firmar el cronómetro que abrirá la puerta a Boston :
En Europa, muchas carreras como Berlín, Valencia, Sevilla, Barcelona, Londres, Róterdam, París, Copenhague o Ámsterdam también son utilizadas por corredores que apuntan a Boston, aunque la mayoría de las “BQ races” se encuentran lógicamente en suelo estadounidense con cerca de 470 maratones elegibles 🇺🇸.
El Maratón de Boston no es una carrera como las demás 🏁. Es el símbolo máximo del maratón amateur: aquel que se gana tras años de esfuerzo, rigor y pasión. Y si muchos sueñan con cruzar la línea de meta en Boylston Street, pocos se dan cuenta de que el verdadero desafío comienza mucho antes : en la elección estratégica de su carrera clasificatoria 🎯.
Entrenarse bien, apuntar bien su tiempo, pero también elegir bien su carrera BQ, es lo que transforma un objetivo lejano en realidad concreta 🚀. Porque en Boston, nada se regala. Pero todo se merece. Y es también por eso que esta carrera sigue siendo, año tras año, el maratón más prestigioso del mundo 🌍.
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